EL PADRE DE TODOS NOSOTROS. Por Tomás Borge

El hombre moderno, con los ideales de José Martí, se llama Fidel Castro; y si es un motivo de orgullo para Cuba, también lo es para Latinoamérica. La audacia y el coraje que demostró Martí fueron llevadas a plenitud por Fidel.

Él sirvió como ejemplo para nosotros como dirigente de la Revolución Cubana. Raúl Castro, aunque brilla con su propia luz, no sería posible sin Fidel; como ninguno de nosotros sería posible sin él. Yo me acuerdo cuando Carlos Fonseca empezó hablar de la revolución, decía que debíamos pensar en la revolución las 24 horas, y siempre hablaba de Fidel y del Che; pero el Che no hubiera sido posible sin Fidel.

Se habla del papel de los hombres en la historia, y si hay uno que de verdad no tenido influencia en el destino de América es Fidel. Es como el padre de todos nosotros en las distintas circunstancias y por diferentes motivos. Los cambios que se han producido en América Latina, Ecuador, Nicaragua, Brasil, algunos en Guatemala, quizás en El Salvador y particularmente en Bolivia, en alguna medida no hubiesen sido posibles sin la acción de la Revolución cubana y sin su ejemplo.

La solidaridad de Cuba es hija de Fidel Castro. Ese espíritu solidario, defensor de la verdad, esa generosidad ilimitada, esa honradez sin fronteras la tiene Fidel; y ha sido guía no solo para Latinoamérica, sino para cualquier dirigente en el resto del mundo.

La génesis, el embrión original de Cuba es José Martí, pero el embrión original de los cambios revolucionarios de América Latina es Fidel Castro. Él es el hombre al que más cariño y respeto le tengo.

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Fragmento de la entrevista ofrecida al periodista Randy Alonso Falcón, Cubadebate, 21 de julio, 2009.

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